(DE LA RELEVANCIA SOCIAL DE LA CUMBIA Y EL BOLERO DE LA COSTA CHICA)
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Por Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
5 de diciembre de 2015
b) Lo propio
Para el criollo que no ha acudido a la academia una persona “negra” reúne
cuatro características: color de piel oscuro, cabello puchunco, cuculuste o
chino o rizado, nariz chata y labios gruesos, aunque las dos primeras son las
fundamentales para suscitar esa percepción. Por su parte, el término “negra”
utilizado en las canciones se refiere muchas de las veces a un mujer muy
hermosa y es utilizado como una manifestación de querencia, cariño o para
halagar; es un término suave y amable, excepto donde se indica lo contrario. En
contraste, para el académico –que suele no ser criollo, y si es criollo de
origen, su visión suele ser la de un frastero, de alguien que mira desde fuera
estas dinámicas sociales–, la cuestión es un asunto de cultura, un asunto
colectivo, un asunto de grupo, una cuestión “étnica” e histórica y hasta motivo
de reivindicación de sus derechos políticos; por lo tanto, para el académico
tiene que ver muchas veces con el panafricanismo (históricamente venimos de
África y eso nos hace iguales o parecidos a todos quienes tenemos ese origen,
sin importar a qué cultura se pertenezca actualmente o en qué país se viva) y
con una presunta conciencia de esa condición o, cuando menos, de ser y
utilizarse como un signo político y afirmativo de una especificidad étnica, es
decir, “negro” o “negra” tienen una carga política, de auto reconocimiento no
sólo de la persona sino de la historia (de África hasta América, pasando por
Europa, y etcétera) grupal.
Por otro lado, para el criollo lo propio es “lo criollo”; por tanto, lo
criollo es lo propio, lo nativo de aquí, sean plantas, animales o personas, con
todas las implicaciones; por ejemplo, hay personas criollas y se comunican con
un dialecto, el criollo, el del origen individual, el cual utilizan, pero que
pueden o no utilizar, dependiendo de sus aspiraciones “sociales”. Se puede
nacer criollo y dejar de serlo, como en el caso de Cirino Arellanes, que se
convierte en Cirino Arellano y, como
él dice, aprende a hablar bien, a vestir bien, a componer bien, a comer bien, a
tener una buena casa... a ser una persona de bien: Cirino ya no es flojo, ni
violento, ni choco,ni malo, como suele atribuírsele a los criollos, ya superó
esa condición “atrasada”, de “incultura”, aunque al final de su vida se dice
arrepentido por haber hecho concesiones a esa condición original, la de haber
nacido criollo y haber sido criollo los primeros años de su vida.
Aunque suele identificarse al “negro” con el criollo, no necesariamente los
negros son criollos ni los criollos son negros; lo que define al criollo,
además del lugar de origen, es “el vocabulario”, el dialecto, el sermo
rusticos. Y otras características intangibles: al sentido de pertenencia
territorial se suma el de independencia, el conservadurismo, el de goce, el
entendimiento de la precariedad de la vida, la ausencia –y desprecio– por el
atesoramiento, la espontaneidad, y otros, pero, para los fines de estas
disquisiciones, nos limitaremos al asunto de la pertenencia y del lenguaje.
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EL SABORCITO CRIOLLO EN ESTAS CUMBIAS Y BOLEROS
Hay tres influencias evidentes en estas músicas: Los Corraleros de Majagual
(Colombia), Los Ángeles Negros (Chile) y la música “norteña” (Los Cadetes de
Linares y Los Tigres del Norte, etc.). En algunos casos, como en la música
hecha por Los Magallones de la primera generación, puede hallarse la influencia
directa de la música cubana. Aunque para la mayoría de los conjuntos de música
tropical de la Costa Chica de los años 70 del siglo XX el modelo fue El
Acapulco, como se anotó antes. Yendo más atrás, se conoce que la mayoría de
las actuales músicas populares y tradicionales de América Latina tienen un
origen común: el cancionero afroarábigoandalúz ( como bien documenta y
argumenta Antonio García de León Griego en El mar de los deseos); así, la
cumbia y el bolero que se crean, se tocan, se bailan, se escuchan y se viven y
disfrutan, se venden y se compran, se piratean, se emiten en radiodifusoras, se
reproducen en aparatos electrónicos y dispositivos digitales en la Costa Chica
de Guerrero y de Oaxaca, en México, también tienen su origen allí.
Es sencillo darse cuenta, dice el músico oaxaqueño Eusebio Villalobos (en
entrevista con el autor) que uno de los elementos que distingue a estas músicas
es el group[1]:
Es un patrón que se está repitiendo, un patrón rítmico que está sonando
todo el tiempo y nunca cambia, y a lo mejor puede haber un acorde solamente en
la melodía, y el group, constante, y sobre ese acorde todo lo demás está
girando, creando melodías que están alrededor de eso que le da unidad rítmica a
todo, y a lo mejor esto sí es erótico, sexual, sin decir ni una sola palabra,
no refiriéndose al sexo...
Así, podemos identificar el group en la ejecución de las tarolas,
del bajo y de las congas, en las percusiones, explica, y habla de la dificultad
que implica acercarse académicamente a estas cuestiones, hacerlas racionales o
inteligibles:
He escuchado a muchos músicos que dicen que tienen el mismo sabor en
todas las canciones: lo que es el sabor, es el solo, y eso hace que
suenen todas igualitas, sólo cambian las letras, tienen el mismo ritmo, el
mismo patrón rítmico; e incluso, las formas. En tal momento dan los solos, el
estribillo, la canción, y así se da la oportunidad de jugar con otras cosas y
regresar otra vez al patrón. Y aquí se da la inventiva musical, aquí los solos
son distintos cada vez, hay figuras, elementos, que a lo mejor se parecen, lo
que llamamos los músicos “motivos”.
Otra cosa que yo no entendía era cuando se decía que “charangas”, que
“cumbias”, que “merequetengue”. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra? Porque
uno a veces quiere academizar la música... que es en 6/8, 2/4... no sé, quieres
estructurar todo, tener el control absoluto, hablar de un concepto, por lo
general, de la música escolarizada, pero es absurdo porque este tipo de música
no está en esa idea. A veces se puede decir que una charanga es charanga porque
versa sobre tal tema –como el corrido, que versa sobre la violencia– y puedes
hacer un bolero que tú, como músico, dices que es bolero 4/4, tiene tal golpe,
tal tiempo, pero otro podría decir que es un corrido porque está narrando algo
trágico o un suceso violento. Claro pero ellos no entienden así la música, por
eso yo no entendía. De hecho, algunos hablan de cumbiamba… y por eso, tratar
de academizarlo es absurdo. Es por eso que depende del estado de animo de quien
nombre, del que esté creando las circunstancias también, ¿no?, todo eso que
escapa a la música académica, a tratar de encerrarlo todo en notas.
En cuanto al bolero criollo, Eusebio Villalobos asegura:
El bolero costeño tiene prácticamente la misma instrumentación, hablando
musicalmente, que tiene el grupo de charanga, el grupo de merequetengue y el de
cumbia, que es: el bajo, la tarolas o las congas o las dos, la guitarra
eléctrica... no sé desde cuándo apareció en el panorama, creo que en los
setentas... pero, igual, la guitarra eléctrica tiene el mismo efecto. No sé si
la usan limpia, y ahí le ponen algo, pero es el mismo sonido. Pero, además,
tiene que ver con lo que aquí se conoce como “música moderna”, músicas
electrificadas al estilo de los grupos de rock de los años 70, porque, incluso,
hay grupos que hasta compran estos órganos [como los utilizados por estos
grupos] y los usan, como en el caso del Grupo Miramar, que se convierte en un
distintivo. En el bolero costeño hay versatilidad porque con esos mismos
instrumentos tocan cumbia, charanga, merequetengue y guacharaca.
El bolero costeño es por lo general en tono menor, pero no siempre puede
ser así, pero así se entiende de manera académica. Lo que hace diferencia entre
el bolero criollo y el tradicional, otra particularidad, es la voz, que parece
que está llorando. Lo que hablaba hace rato del patrón o el group: están
tan acostumbrados ellos al group, que cuando hacen un bolero, es
inevitable que no esté el group, aunque esté lento, y eso es lo que hace
que sea más cadencioso, y se nota hasta en el bailar: más quebrado, más
“arrabalero”... en realidad no es que sea de arrabal, sino que son las
características de instrumentación: los músicos están tan acostumbrados al group,
al patrón, que cuando hacen un bolero, éste está marcado, el group está
reforzando la parte más importante de la canción, el sentido de la letra. No
creo que ellos se pongan a pensar que en esa parte se tiene que reforzar, que
en esta parte hasta lloren: es algo que se les da de forma natural, es
intuición.
Por otro lado, hablando de José Tornéz, uno de los fundadores de Mar Azul,
a quien considera el mejor bajista de todos los marazulinos, el músico Antonio Toño
López, de la Orquesta La Barredora, dice: “No era un músico de mucho
conocimiento, pero era alegre, José Tornéz”. Es decir, pondera la alegría como
un valor musical de la cumbia. Y agrega, generalizando su concepción de estas
músicas criollas y su enraizamiento:
Cuando ya está la estructura es muy fácil llegá’ y aprendé’ lo que ya está
hecho. No es una estructura muy difícil, está fácil, bueno, para mí: yo tocaría
la guitarra, la conga, el bajo, con ellos, si me invitaran, sin ensayar, será
porque el estilo de guitarra de la cumbia lo puedo hacé. Yo me he juntado con
músicos de escuela, músicos buenos, que leen chingón las notas, a primera
vista, pero no es lo mismo hacé’ algo que estáj leyendo que algo que te nazca
del corazón. Y, por ejemplo, es un estilo de música fácil pero que a la gente
le gusta, la gente de acá tenemos las características ésas...
Un ejemplo, Los Donny’s de Guerrero era un grupo descuadra’o que ni...
pero, pues, a la gente... ¡’ira, venden más discos, creo, que cualquiera! Sí,
ya se refinaron, pero ahora que se refinaron ya no pegan, pues. Yo no sé... el
morbo, la gente que quiere sabé’ el chisme: Vamos pa’ ve’ cómo tocan esos
negro’ que los oímo’ en los disco’, y descuadra’os, a ve’ si... [¿Cómo
sabemos que son negros nomás escuchándolos?] En el vocabulario, pues, a’nque no
los veas, tú nomás los oyes y te imagina’ que son negro’. Anoche escuchaba un
corrido que decía “melitares”, ¡qué va de “melitares” a “militares”! O: “yo los
voy a deregir”. Es que, como acá no estudiamos pa’ músicos, andamos por allí,
en El Bajo[2]... La
gente, lo que quiere es la música.
Aunque, aquí, ‘onde vivimos nosotros, tenemos la misma cultura, pues... Yo
sí identifico, nomás escuchando a un grupo tocar, en la orquestación: en la
Costa es muy raro que un grupo le meta instrumentos como trompeta o trombón;
acá, es una guitarra, un teclado, un bajo, batería o timbales. En el modo de la
conga, luego se conoce la música de acá, en el tocar la conga. Aquí, aprende
uno mirando. Si yo veo un conguero, vo’a aprender como él, pero si yo, ya, me
voy a viví’ a Veracruz, ya, allá le pegan diferente a la conga, ya vu’a (voy a)
vení’ yo... hasta gua (voy a) parecé’ no ser negro, van a decí’: Bueno, ese
moreno no es de acá, en el modo de tocar se conoce que no es de acá...
La “cáscara”, así se dice porque le pegan en la lámina de los timbales, ése
es el nombre correcto de lo que llaman las tarolas. En otros grupos no se toca
así; allí, un timbalero es para meterle unos remates, pero no es que se va a
dedicá el timbalero, que va a llevá’ toda la melodía [canción] como acá. Hacen
el ritmo, los timbales. Los grupos de aquí que traen acordeón no traen batería,
traen timbales, yo digo que ya es su cultura de ellos: Así aprendiste y así...
Corralero Navy traía batería, pero el modo de tocar la batería, la tocaban como
los timbales; antes, el timbalero llevaba toda la parte de la batería. Ya
ahorita, ya se han ido... los músicos tocan más fino. Antes, en los conjuntos
nomás ponían sus tarolitas con un cencerro y nomás allí se la llevaban.
Yo digo que eso ya lo traen en la sangre, y que te saques tu sangre es
difícil. Tú vas a hacer lo que tu corazón te mande, ¿no? Nosotros traemos esa
sangre de bullangueros, así... Yo he visto músicos de diferentes lugares; aquí,
nosotros tenemos una cultura media chañuda, pa’ todo somos... nosotros, hasta
para vestir, ¿por qué? Ya ves que nos ponemos unos colores de ropa y... Por
ejemplo, ves unos músicos del norte, muy educados, mucha disciplina, pero son
más fríos, pues... Si tú ves un negro de aquí bailando una canción del norte,
no la va a bailar como allá, a’nque se vaya pa’llá. Quizá después de que vea
que todo mundo baila así y él es el único que no, quizá le ‘garre la onda, pero
él va a hacé’ siempre, acá, pues, él siempre lo va a hacé’ muy chañudo, no
sé... así somos los negros, pues, la forma de ser de los negros. ¡‘uta!, unos
bailan, ‘ira, hasta se mueven, acá. [Se agita]
Pero, saborcito, la verd’a, lo que se dice saborcito, el
requinteo de Papa Cirino, cuando joven, en cumbias como La negrita
guapachosa, Corralero Navy y Elizabeth, en el Corralero Navy de la
primera época.
[1] Y precisa que utiliza el término group, que proviene del jazz, por
no encontrar otro mejor, pero que hace alusión a un patrón rítmico
fundamentalmente.
[2] El Bajo: Tierras de humedad donde se siembra. Este músico utiliza esta
expresión para enfatizar que los músicos criollos provienen de zonas rurales,
que tienen escasa instrucción escolar, que son rústicos.
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