sábado, 19 de diciembre de 2015

ESA MÚSICA DE CRIOLLOS NO ES PURA CHANDERA, COMO DICEN_02

(DE LA RELEVANCIA SOCIAL DE LA CUMBIA Y EL BOLERO DE LA COSTA CHICA)
2/4
Por Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
5 de diciembre de 2015

b) Lo propio
Para el criollo que no ha acudido a la academia una persona “negra” reúne cuatro características: color de piel oscuro, cabello puchunco, cuculuste o chino o rizado, nariz chata y labios gruesos, aunque las dos primeras son las fundamentales para suscitar esa percepción. Por su parte, el término “negra” utilizado en las canciones se refiere muchas de las veces a un mujer muy hermosa y es utilizado como una manifestación de querencia, cariño o para halagar; es un término suave y amable, excepto donde se indica lo contrario. En contraste, para el académico –que suele no ser criollo, y si es criollo de origen, su visión suele ser la de un frastero, de alguien que mira desde fuera estas dinámicas sociales–, la cuestión es un asunto de cultura, un asunto colectivo, un asunto de grupo, una cuestión “étnica” e histórica y hasta motivo de reivindicación de sus derechos políticos; por lo tanto, para el académico tiene que ver muchas veces con el panafricanismo (históricamente venimos de África y eso nos hace iguales o parecidos a todos quienes tenemos ese origen, sin importar a qué cultura se pertenezca actualmente o en qué país se viva) y con una presunta conciencia de esa condición o, cuando menos, de ser y utilizarse como un signo político y afirmativo de una especificidad étnica, es decir, “negro” o “negra” tienen una carga política, de auto reconocimiento no sólo de la persona sino de la historia (de África hasta América, pasando por Europa, y etcétera) grupal.
Por otro lado, para el criollo lo propio es “lo criollo”; por tanto, lo criollo es lo propio, lo nativo de aquí, sean plantas, animales o personas, con todas las implicaciones; por ejemplo, hay personas criollas y se comunican con un dialecto, el criollo, el del origen individual, el cual utilizan, pero que pueden o no utilizar, dependiendo de sus aspiraciones “sociales”. Se puede nacer criollo y dejar de serlo, como en el caso de Cirino Arellanes, que se convierte en Cirino Arellano y, como él dice, aprende a hablar bien, a vestir bien, a componer bien, a comer bien, a tener una buena casa... a ser una persona de bien: Cirino ya no es flojo, ni violento, ni choco,ni malo, como suele atribuírsele a los criollos, ya superó esa condición “atrasada”, de “incultura”, aunque al final de su vida se dice arrepentido por haber hecho concesiones a esa condición original, la de haber nacido criollo y haber sido criollo los primeros años de su vida.


Aunque suele identificarse al “negro” con el criollo, no necesariamente los negros son criollos ni los criollos son negros; lo que define al criollo, además del lugar de origen, es “el vocabulario”, el dialecto, el sermo rusticos. Y otras características intangibles: al sentido de pertenencia territorial se suma el de independencia, el conservadurismo, el de goce, el entendimiento de la precariedad de la vida, la ausencia –y desprecio– por el atesoramiento, la espontaneidad, y otros, pero, para los fines de estas disquisiciones, nos limitaremos al asunto de la pertenencia y del lenguaje.


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EL SABORCITO CRIOLLO EN ESTAS CUMBIAS Y BOLEROS
Hay tres influencias evidentes en estas músicas: Los Corraleros de Majagual (Colombia), Los Ángeles Negros (Chile) y la música “norteña” (Los Cadetes de Linares y Los Tigres del Norte, etc.). En algunos casos, como en la música hecha por Los Magallones de la primera generación, puede hallarse la influencia directa de la música cubana. Aunque para la mayoría de los conjuntos de música tropical de la Costa Chica de los años 70 del siglo XX el modelo fue El Acapulco, como se anotó antes. Yendo más atrás, se conoce que la mayoría de las actuales músicas populares y tradicionales de América Latina tienen un origen común: el cancionero afroarábigoandalúz ( como bien documenta y argumenta Antonio García de León Griego en El mar de los deseos); así, la cumbia y el bolero que se crean, se tocan, se bailan, se escuchan y se viven y disfrutan, se venden y se compran, se piratean, se emiten en radiodifusoras, se reproducen en aparatos electrónicos y dispositivos digitales en la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca, en México, también tienen su origen allí.
Es sencillo darse cuenta, dice el músico oaxaqueño Eusebio Villalobos (en entrevista con el autor) que uno de los elementos que distingue a estas músicas es el group[1]:

Es un patrón que se está repitiendo, un patrón rítmico que está sonando todo el tiempo y nunca cambia, y a lo mejor puede haber un acorde solamente en la melodía, y el group, constante, y sobre ese acorde todo lo demás está girando, creando melodías que están alrededor de eso que le da unidad rítmica a todo, y a lo mejor esto sí es erótico, sexual, sin decir ni una sola palabra, no refiriéndose al sexo...

Así, podemos identificar el group en la ejecución de las tarolas, del bajo y de las congas, en las percusiones, explica, y habla de la dificultad que implica acercarse académicamente a estas cuestiones, hacerlas racionales o inteligibles:

He escuchado a muchos músicos que dicen que tienen el mismo sabor en todas las canciones: lo que es el sabor, es el solo, y eso hace que suenen todas igualitas, sólo cambian las letras, tienen el mismo ritmo, el mismo patrón rítmico; e incluso, las formas. En tal momento dan los solos, el estribillo, la canción, y así se da la oportunidad de jugar con otras cosas y regresar otra vez al patrón. Y aquí se da la inventiva musical, aquí los solos son distintos cada vez, hay figuras, elementos, que a lo mejor se parecen, lo que llamamos los músicos “motivos”.
Otra cosa que yo no entendía era cuando se decía que “charangas”, que “cumbias”, que “merequetengue”. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra? Porque uno a veces quiere academizar la música... que es en 6/8, 2/4... no sé, quieres estructurar todo, tener el control absoluto, hablar de un concepto, por lo general, de la música escolarizada, pero es absurdo porque este tipo de música no está en esa idea. A veces se puede decir que una charanga es charanga porque versa sobre tal tema –como el corrido, que versa sobre la violencia– y puedes hacer un bolero que tú, como músico, dices que es bolero 4/4, tiene tal golpe, tal tiempo, pero otro podría decir que es un corrido porque está narrando algo trágico o un suceso violento. Claro pero ellos no entienden así la música, por eso yo no entendía. De hecho, algunos hablan de cumbiamba… y por eso, tratar de academizarlo es absurdo. Es por eso que depende del estado de animo de quien nombre, del que esté creando las circunstancias también, ¿no?, todo eso que escapa a la música académica, a tratar de encerrarlo todo en notas.

En cuanto al bolero criollo, Eusebio Villalobos asegura:

El bolero costeño tiene prácticamente la misma instrumentación, hablando musicalmente, que tiene el grupo de charanga, el grupo de merequetengue y el de cumbia, que es: el bajo, la tarolas o las congas o las dos, la guitarra eléctrica... no sé desde cuándo apareció en el panorama, creo que en los setentas... pero, igual, la guitarra eléctrica tiene el mismo efecto. No sé si la usan limpia, y ahí le ponen algo, pero es el mismo sonido. Pero, además, tiene que ver con lo que aquí se conoce como “música moderna”, músicas electrificadas al estilo de los grupos de rock de los años 70, porque, incluso, hay grupos que hasta compran estos órganos [como los utilizados por estos grupos] y los usan, como en el caso del Grupo Miramar, que se convierte en un distintivo. En el bolero costeño hay versatilidad porque con esos mismos instrumentos tocan cumbia, charanga, merequetengue y guacharaca.
El bolero costeño es por lo general en tono menor, pero no siempre puede ser así, pero así se entiende de manera académica. Lo que hace diferencia entre el bolero criollo y el tradicional, otra particularidad, es la voz, que parece que está llorando. Lo que hablaba hace rato del patrón o el group: están tan acostumbrados ellos al group, que cuando hacen un bolero, es inevitable que no esté el group, aunque esté lento, y eso es lo que hace que sea más cadencioso, y se nota hasta en el bailar: más quebrado, más “arrabalero”... en realidad no es que sea de arrabal, sino que son las características de instrumentación: los músicos están tan acostumbrados al group, al patrón, que cuando hacen un bolero, éste está marcado, el group está reforzando la parte más importante de la canción, el sentido de la letra. No creo que ellos se pongan a pensar que en esa parte se tiene que reforzar, que en esta parte hasta lloren: es algo que se les da de forma natural, es intuición.


Por otro lado, hablando de José Tornéz, uno de los fundadores de Mar Azul, a quien considera el mejor bajista de todos los marazulinos, el músico Antonio Toño López, de la Orquesta La Barredora, dice: “No era un músico de mucho conocimiento, pero era alegre, José Tornéz”. Es decir, pondera la alegría como un valor musical de la cumbia. Y agrega, generalizando su concepción de estas músicas criollas y su enraizamiento:

Cuando ya está la estructura es muy fácil llegá’ y aprendé’ lo que ya está hecho. No es una estructura muy difícil, está fácil, bueno, para mí: yo tocaría la guitarra, la conga, el bajo, con ellos, si me invitaran, sin ensayar, será porque el estilo de guitarra de la cumbia lo puedo hacé. Yo me he juntado con músicos de escuela, músicos buenos, que leen chingón las notas, a primera vista, pero no es lo mismo hacé’ algo que estáj leyendo que algo que te nazca del corazón. Y, por ejemplo, es un estilo de música fácil pero que a la gente le gusta, la gente de acá tenemos las características ésas...
Un ejemplo, Los Donny’s de Guerrero era un grupo descuadra’o que ni... pero, pues, a la gente... ¡’ira, venden más discos, creo, que cualquiera! Sí, ya se refinaron, pero ahora que se refinaron ya no pegan, pues. Yo no sé... el morbo, la gente que quiere sabé’ el chisme: Vamos pa’ ve’ cómo tocan esos negro’ que los oímo’ en los disco’, y descuadra’os, a ve’ si... [¿Cómo sabemos que son negros nomás escuchándolos?] En el vocabulario, pues, a’nque no los veas, tú nomás los oyes y te imagina’ que son negro’. Anoche escuchaba un corrido que decía “melitares”, ¡qué va de “melitares” a “militares”! O: “yo los voy a deregir”. Es que, como acá no estudiamos pa’ músicos, andamos por allí, en El Bajo[2]... La gente, lo que quiere es la música.
Aunque, aquí, ‘onde vivimos nosotros, tenemos la misma cultura, pues... Yo sí identifico, nomás escuchando a un grupo tocar, en la orquestación: en la Costa es muy raro que un grupo le meta instrumentos como trompeta o trombón; acá, es una guitarra, un teclado, un bajo, batería o timbales. En el modo de la conga, luego se conoce la música de acá, en el tocar la conga. Aquí, aprende uno mirando. Si yo veo un conguero, vo’a aprender como él, pero si yo, ya, me voy a viví’ a Veracruz, ya, allá le pegan diferente a la conga, ya vu’a (voy a) vení’ yo... hasta gua (voy a) parecé’ no ser negro, van a decí’: Bueno, ese moreno no es de acá, en el modo de tocar se conoce que no es de acá...
La “cáscara”, así se dice porque le pegan en la lámina de los timbales, ése es el nombre correcto de lo que llaman las tarolas. En otros grupos no se toca así; allí, un timbalero es para meterle unos remates, pero no es que se va a dedicá el timbalero, que va a llevá’ toda la melodía [canción] como acá. Hacen el ritmo, los timbales. Los grupos de aquí que traen acordeón no traen batería, traen timbales, yo digo que ya es su cultura de ellos: Así aprendiste y así... Corralero Navy traía batería, pero el modo de tocar la batería, la tocaban como los timbales; antes, el timbalero llevaba toda la parte de la batería. Ya ahorita, ya se han ido... los músicos tocan más fino. Antes, en los conjuntos nomás ponían sus tarolitas con un cencerro y nomás allí se la llevaban.
Yo digo que eso ya lo traen en la sangre, y que te saques tu sangre es difícil. Tú vas a hacer lo que tu corazón te mande, ¿no? Nosotros traemos esa sangre de bullangueros, así... Yo he visto músicos de diferentes lugares; aquí, nosotros tenemos una cultura media chañuda, pa’ todo somos... nosotros, hasta para vestir, ¿por qué? Ya ves que nos ponemos unos colores de ropa y... Por ejemplo, ves unos músicos del norte, muy educados, mucha disciplina, pero son más fríos, pues... Si tú ves un negro de aquí bailando una canción del norte, no la va a bailar como allá, a’nque se vaya pa’llá. Quizá después de que vea que todo mundo baila así y él es el único que no, quizá le ‘garre la onda, pero él va a hacé’ siempre, acá, pues, él siempre lo va a hacé’ muy chañudo, no sé... así somos los negros, pues, la forma de ser de los negros. ¡‘uta!, unos bailan, ‘ira, hasta se mueven, acá. [Se agita]

Pero, saborcito, la verd’a, lo que se dice saborcito, el requinteo de Papa Cirino, cuando joven, en cumbias como La negrita guapachosa, Corralero Navy y Elizabeth, en el Corralero Navy de la primera época.


[1] Y precisa que utiliza el término group, que proviene del jazz, por no encontrar otro mejor, pero que hace alusión a un patrón rítmico fundamentalmente.
[2] El Bajo: Tierras de humedad donde se siembra. Este músico utiliza esta expresión para enfatizar que los músicos criollos provienen de zonas rurales, que tienen escasa instrucción escolar, que son rústicos.

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