domingo, 24 de mayo de 2009

Carta sobre censo de negros en México (enviada el 25 de abril a La Jornada, la cual no fue publicada, por cierto)

Sra. Directora:

Mucho agradecería que esta carta fuese publicada en la sección El Correo Ilustrado de su prestigiado diario.

El Conapred entregó una petición formal al Inegi para incluir a la población afromexicana en el censo 2010, con el argumento de que “se lograría el avance en la armonización con tratados internacionales que deben ser cumplidos y así se daría un gran paso para combatir el racismo que afecta a esta población” y con el propósito de aplicar políticas públicas en “sus comunidades”.

Esta pretensión revela ignorancia de la historia y la cultura mexicanas, en la cuales los afrodescendientes han sido actores importantes, como en los casos notables de Yanga, Morelos, Guerrero, Álvarez, Zapata y Cárdenas (por sólo citar a personajes conocidos); y de Juan Correa, pintor y maestro de pintor, y José Vasconcelos, el Negrito Poeta. Basta con hojear los estudios realizados por la academia mexicana sobre la herencia de la llamada tercera raíz para aceptar el argumento de Gonzalo Aguirre Beltrán: donde quiera que hubo actividad económica, durante la época colonial en la Nueva España, los afrodescendientes estuvieron presentes; es decir, no existe territorio del país donde no hubiese presencia de afrodescendientes. Por ello, hablar de pueblos o comunidades afromexicanas es harto difícil y complicado: los rasgos fenotípicos de los africanos se han mestizado, sus tradiciones culturales se han aculturizado, sus creencias y prácticas religiosas se han sincretizado, etc.

Hablar de afromexicanos es una generalización necesaria para aludir a que en la historia y la cultura mexicanas (además de la economía, la política y de otras áreas), en distintos momentos, estuvieron presentes yorubas, bantús e individuos de otros grupos culturales africanos. Si bien es cierto que en la Costa Chica, de Guerrero y Oaxaca, existen huellas de esa presencia, el proceso de mestizaje hace difícil, si no imposible, delimitar lo propio o dominante de la “tercera raíz”. En esta zona, el gran mestizaje ocurrió entre individuos de origen africano y amuzgos, mixtecos, zapotecos y otros grupos.

Por otro lado, en países como Colombia se ha intentado censar esa presencia no siempre tangible y se ha fracasado porque no es un asunto meramente cuantitativo: no se puede ir de casa en casa preguntando “¿Cuántos negros/afromexicanos/afromestizos/morenos viven aquí?” o algo por el estilo; podría hasta ser un insulto. Seguramente se podría acudir a esas experiencias para optar por metodologías más acertadas.

En realidad, tras estas pretensiones se esconde una práctica racista muy peligrosa, sobre todo en un país en el cual durante mucho tiempo se utilizó legalmente un sistema de castas, basado en el color de la piel y el origen étnico o “racial”, para jerarquizar a las personas y cuyas consecuencias no se extinguen todavía. No por nada se decretó abolida la esclavitud un sin fin de veces (Abad y Queipo, Hidalgo, Morelos, Rayón, Iturbide y Guerrero) y sólo por ello representó un triunfo para los afrodescendientes dejar de ser mulatos, zambos, lobos alobados, zambaigos, tente en el aire, salta patrás, etc., para asumirse como mexicanos.

Está en curso una discusión pública en Francia, donde Sarkosy proyecta un censo étnico, que está siendo repudiado. En México, ¿qué necedad hace insistir en prácticas discriminatorias? Es grave que instituciones como la UNAM (Programa Universitario México Nación Pluricultural) estén involucradas en esto. Además, en las denominadas comunidades afromexicanas de la Costa Chica, el tema se desconoce. Ya Morelos lo dejó escrito: que sólo distinga a un americano de otro el vicio o la virtud.

Atentamente:

Eduardo Añorve Zapata.

1 comentario:

Shirley Campbell Barr dijo...

Que pena que usted no entienda la importancia de censar a las poblaciones afrodescendientes. Debo decirle sin embargo, que admiro mucho su conocimiento de la historia mexicana y mas aun el reconocimiento que explicitamente hace a la presencia africana en la conformacion etnica y cultural de los mexicanos.

Sin embargo el tema de censar las poblaciones afrodescendientes no es un tema antojadizo que nace de mentes necias y racistas. Por el contrario, e trata de contabilizar, de determinar de manera estadistica y certera a la poblacion de origen africano en America Latina. No es solo Mexico, es tambien Colombia y Venzuela y Brazil y Costa Rica y Panama y etc, etc, etc etc. Se trata de un movimiento global que reponde no solo a acuerdos internacionales sino a un movimiento de grupos negros alrededor del mundo exigiendo reconocimiento. Se trata de una poblacion de mas 150 millones de afrodescendientes en A.L. que no estan representados politicamente y cuyos derechos han sido violados sistematicamente y para quienes el desarrollo es solo una teoria.

No se trata solo de decir soy negro...se trata de demostrar con numeros en balnco y negro que no somos ninguna minoria y que nuestros pueblos necesitan agua y saneamiento basico y educacion y salud y exigimos ser representados politicamente.

La cuantificacion es un derecho, el reconocimiento es un derecho...y por eso estamos trabajando por ser cuantificados en la rondas de censos del 2010.