Tengo para ti un árbol navideño,
Con el cual podemos construir un techo
Que nos proteja de las inclemencias de este tiempo
Y nos dé consuelo a las fatigas del largo trayecto.
El tintineo de sus hojas, mecidas por el viento, evocará
Aquellos cálidos momentos donde compartimos risas,
Suspiros, alegrías, tristezas y secretos.
Está vestido con innúmeras lucecitas,
Ecos ellas del amor más tierno.
Dios me ha permitido recoger luceros
Para iluminar, así, el árbol de mi vida.
¡Gracias por ser el más hermoso de todos ellos!
Alma Evelyn Martínez
Diciembre 2010.
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